jueves, 25 de noviembre de 2010

El "cuenta cuentos" y el "lee cuentos"


Revista: Novedades Educativas
Artículo: “Los caminos del mediador en la animación  de la lectura” pp. 134- 139
Autor: Felipe Munita J
Año: Diciembre 2007/Enero 2008


            La propuesta de Munita se centra en el hecho de cambiar los tipos de mediación que involucran alejar a los niños del libro mismo. En este sentido, destaca la figura del cuenta cuentos tradicional, cuyo carácter histriónico y teatral hace que la actividad de animación esté centrada preferentemente en el mediador. Al respecto, se sugiere cambiar dicha figura por la de un “lee cuentos” que junte a dos seres en una unión que perdure. De esta manera, el tío lector debe procurar hacerse invisible frente a la audiencia para que la atención se dirija a lo que se está narrando.
            Si bien es cierto, el papel que realiza el cuenta cuentos ha sido considerado por años como una de las técnicas más atrayentes en lo referido al fomento lector; sin embargo, lo que se está promoviendo con esta actividad es acercar al niño al mediador y no al libro en sí; de modo que los niños se están alejando de la voz de los propios cuentos, puesto que  los escuchan a través de un adulto que cuenta las historias a su manera, sin recurrir necesariamente a las palabras del autor.
            Cabe destacar que no se plantea el hecho de abandonar la técnica del cuenta cuentos, pues no se puede negar que es una buena manera de abrir nuevos mundos a los niños; no obstante, el fomento no debe realizarse sólo de esta manera, pues existe un abanico de posibilidades que resultan igual de interesantes si se llevan a cabo con la rigurosidad necesaria; vale decir, respetando los silencios de un texto o bien cambiando la voz para caracterizar a los personajes del mismo a medida que avanza la lectura.
            A partir de lo anterior, Munita presenta una serie de características referidas al “lee cuentos", las cuales dicen relación con el gusto por la actividad lectora, la empatía con los niños, el manejo de criterios de selección bibliográfica, el conocimiento y preparación previa de la lectura seleccionada y la lectura adecuada.
            Finalmente, se hace un llamado a no olvidar el objetivo fundamental de este tipo de actividades y se insiste en la idea de que los textos no son una píldora amarga que necesita ser endulzada, pues el “sabor” se encuentra en cada una de las páginas que se presentan ante nuestra vista. 

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